fbpx

“Este año seguro que lo consigo!!”

“Este año seguro que lo consigo!!”

 

¿Cuántas veces te has dicho a ti mismo, “esta vez es diferente, esta vez seguro que consigo dejar de fumar, o perder esos kilos de más, o ir al gimnasio”? Y, ¿cuántas veces el resultado ha sido que no lo has conseguido?

Enero, como cada lunes!, es uno de esos momentos que se nos antoja ideal para convertirnos en una persona nueva: centrada, atlética, sana, tranquila, emprendedora, activa,… Y en la mayoría de las ocasiones este propósito se convierte en un deseo inalcanzable que nos trae frustración y descontento porque no lo alcanzamos.

Sin embargo, volvemos a intentarlo una y otra vez!!

En este artículo nos preguntamos:

¿Qué es lo que nos hace creer que esta vez si que es la definitiva?, ¿Cuáles son los mayores obstáculos a la hora de conseguir hacer realidad un propósito?  Y, ¿qué podemos hacer para superarlos?

 

¿Qué es lo que nos hace creer que esta vez si que es la definitiva?

En los momentos en que sabemos con certeza que lo vamos a conseguir una de las cosas que ocurre es que nos visualizamos a nosotros mismos como si ya hubiésemos conseguido el propósito u objetivo.

Nos lo imaginamos, y aún mejor, nos recreamos en él. Es decir, sentimos en nuestro propio cuerpo lo que sería estar más en forma, más activa, o más centrada. La emoción que nos invade es de alegría, nos sentimos realizados, capaces, a gusto con nosotros mismos.

Estas emociones son las que nos dan la energía que necesitamos para pasar a la acción y conseguir nuestro propósito.

Ahora bien, después del momento de la visualización llegan las trampas.

 

¿Cuáles son los mayores obstáculos a la hora de conseguir hacer realidad un propósito?

 

– No tenemos una razón lo suficientemente importante o personal. 

Es decir, nos proponemos cosas porque creemos que debemos hacerlas pero no necesariamente porque queramos hacerlas. Esto hace que nuestro nivel de compromiso sea muy bajo y abandonemos al primer intento fallido.

– No creemos en nuestra capacidad de conseguirlo.

Y es que nuestra experiencia nos ha demostrado, una y otra vez, que no conseguimos aquello que nos proponemos, así que hemos perdido la confianza en nuestra capacidad. Esta forma de pensar saboteará nuestros intentos y esfuerzos, y nos hará abandonar incluso antes de empezar.

– Dedicamos mucha energía a desmotivarnos.

Y así, buscamos o inventamos excusas para no hacerlo: “No tengo tiempo. No tengo fuerza de voluntad. No tengo dinero. No me gusta…. “, perdiendo nuestra motivación, ganas y entusiasmo inicial.

– Perdemos de vista el objetivo final, o confundimos el propósito final con las metas intermedias, perdiendo motivación.

Por ejemplo, el objetivo final puede ser llevar una vida más saludable y una de las metas intermedias es comer 3 piezas de fruta al día, o andar media hora al día. Las metas pueden acabar aburriéndonos si las desconectamos del propósito mayor que tienen.

– No tenemos un plan claro para implementar nuestro propósito.

De forma que nunca sabemos muy bien si estamos más o menos cerca de lo que queremos, si tenemos que hacer alguna modificación, o si lo que estamos haciendo nos acerca a lo que queremos.

– Lo queremos hacer solos, porque así tiene más mérito.

Esto tiene la desventaja de que cuando llegan las dificultades y obstáculos, que siempre llegan, nos encontramos SOLOS, sin ayuda! y nos es más fácil abandonar.

– Lo queremos todo ya!, resultados rápidos.

Y en nuestra impaciencia sólo miramos hacia lo que nos queda por recorrer, en vez de mirar a lo que ya hemos conseguido. De nuevo, una forma de auto desmotivación.

 

¿Qué podemos hacer para superar estos obstáculos y conseguir lo que queremos?

 

1) Tener una razón lo suficientemente importante y personal como para que nos entusiasme, motive y  nos ponga en acción. Una razón a la que podamos volver siempre que necesitemos recobrar la motivación.

2) Mantener un nivel de compromiso alto a través de la auto-motivación. Mirando regularmente al objetivo final y visualizando cómo nos sentiremos cuando lo hallamos alcanzado.

3) Darnos a nosotros mismos una oportunidad para hacerlo diferente esta vez. Recuerda momentos en los que sí acabaste aquello que empezaste o en los que hiciste algo bien de lo que estás orgulloso, y reduce todo lo que puedas el tiempo que dedicas a pensamientos que no te sirven, que te desmotivan, que te hacen perder la confianza en ti mismo. Los pensamientos pueden venir, pero tú decides si les haces caso o no.

4) Hacer un plan con un objetivo final claro, metas intermedias concretas, realistas con las circunstancias actuales, y con fecha de cumplimiento.

El objetivo final deberá ser grande, y las metas intermedias pequeñas y asequibles, para que podamos ir consiguiéndolas y así ir ganando en confianza.

Si el objetivo final es claro, pero no sabemos cómo llegar a él, debemos informarnos o pedir ayuda profesional para que nuestro plan sea efectivo.

5) Buscar apoyo: Comunicar a la gente cercana nuestro nuevo propósito y hacerles participes de nuestro plan pidiéndoles que nos apoyen de maneras concretas. Por ejemplo: no me ofrezcas cigarros que estoy dejando de fumar, etc.

Y sobre todo convertirte en tu propio apoyo. Se bueno contigo mismo, y si un día no haces aquello que te has propuesto, no te castigues Y VUELVE al día siguiente. Tu perseverancia hará de lo nuevo un hábito.

 

Conclusión:

  • Si quieres, y es importante para ti, puedes.

  • El mejor momento para empezar, o recomenzar, es siempre el momento presente.

 

Adelante!!, esta vez si tienes todo lo que necesitas y seguro que lo conseguirás.