Fisica aplicada al día a día
Fisica aplicada al día a día
Esta semana tratando de razonar de dónde vienen algunos de los comportamientos del ser humano me he acordado de algunas de las leyes fundamentales de la fisica: las leyes de Newton, y me he dado cuenta de que gran parte del comportamiento del ser humano ya está explicado en la fisica.
Esto es lo que he encontrado:
1. Primera ley de Newton o ley de inercia
La primera ley de Newton, conocida también como Ley de inercia, nos dice que si sobre un cuerpo no actúa ningún otro, este permanecerá, indefinidamente, moviéndose en línea recta con velocidad constante (incluido el estado de reposo, que equivale a velocidad cero).
Por ejemplo,
- Si disponemos de una partícula parada al inicio, a no ser que se le empuje, ésta no se moverá nunca.
- Si a una partícula (por ejemplo un patinador sobre el hielo) con velocidad inicial distinta de cero, no se le obliga a frenar con fuerzas de fricción o con un tope, ésta conservará la velocidad que llevaba de forma constante por tiempo infinito.
Esta ley aporta una de las razones por las que nos es tan costoso cambiar. Bien sea cambiar un hábito, un trabajo o una forma de pensar. Es la inercia la que nos lleva en la misma dirección en la que estábamos yendo o a quedarnos como estamos.
Lo bueno de la inercia entonces, es que si decidimos introducir un nuevo hábito o forma de pensar en nuestra vida, sólo tenemos que esforzarnos al principio y dejar que la inercia haga su trabajo después.
A la hora de cambiar un hábito normalmente los 2 o 3 primeros días no encontramos resistencia, ya que estamos ilusionados y motivados, sin embargo, a partir del tercer día comenzaremos a sentir la resistencia de ir en contra de donde nos llevaría nuestra inercia. Esta resistencia es la que tenemos que vencer durante al menos 10 o 15 días, a partir de los cuales, nuestra “nueva tendencia” será a ir por el nuevo camino.
2. Segunda ley de Newton o principio fundamental de la dinámica
La Primera ley de Newton nos dice que para que un cuerpo altere su movimiento es necesario que exista algo que provoque dicho cambio. Ese algo es lo que conocemos como fuerzas. Estas son el resultado de la acción de unos cuerpos sobre otros.
La Segunda ley de Newton se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. Nos dice que la fuerza neta aplicada sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho cuerpo.
Tanto la fuerza como la aceleración son magnitudes vectoriales, es decir, tienen, además de un valor, una dirección y un sentido. De esta manera, la Segunda ley de Newton debe expresarse como:
F = m.a
En el caso del ser humano también necesitamos algo para movernos, pasar de un estado a otro, ¡actuar!
Estas son algunas de las fuerzas que nos mueven:
- Nuestros valores, aquello que es importante para nosotros.
- Nuestras necesidades, que precisan ser cubiertas.
- Nuestros sueños, aquello que sólo pensarlo nos entusiasma, nos apasiona, nos motiva.
Cada una de estas fuerzas vemos que efectivamente va a tener un valor, o una intensidad (no es lo mismo tener el estomago satisfecho, que tenerlo vacío) y una dirección y sentido. Hay muchos caminos que podemos elegir, nuestros valores y sueños nos indican el nuestro.
3. Tercera ley de Newton o principio de acción-reacción
La tercera ley, también conocida como Principio de acción y reacción nos dice que si un cuerpo A ejerce una acción sobre otro cuerpo B, éste realiza sobre A otra acción igual y de sentido contrario.
Esto es algo que podemos comprobar a diario en numerosas ocasiones.
Por ejemplo,
- cuando queremos dar un salto hacia arriba, empujamos el suelo para impulsarnos. La reacción del suelo es la que nos hace saltar hacia arriba.
- Cuando estamos en una piscina y empujamos a alguien, nosotros también nos movemos en sentido contrario. Esto se debe a la reacción que la otra persona hace sobre nosotros, aunque no haga el intento de empujarnos a nosotros.
En el caso del ser humano ocurre también que todo lo que hacemos, incluso lo que dejamos de hacer, tiene un efecto. De forma que ante nuestro comportamiento o acciones encontraremos siempre una respuesta, o reacción.
Lo mejor de todo es que, como seres humanos racionales, podemos influir nuestras acciones de forma consciente en función de lo que queramos crear. Es decir, en función de la reacción que queramos obtener. Aunque no siempre lo consigamos, preguntarnos antes de actuar qué es lo que nos gustaría crear o conseguir, nos dará información concreta sobre lo que hacer, o no dejar de hacer.
Seguramente haya muchas más explicaciones dentro de la fisica. Por ahora me quedo con estas.
¡¡¡Feliz semana!!!