4 Recetas para liberarte del “¿Qué van a pensar de mí?”
Vídeo: 4 recetas para liberarte del “¿qué van a pensar de mi?”
¿Has estado alguna vez en un situación donde tienes una idea pero dudas de si compartirla o no por el qué van a pensar?
¿O querías ir a un sitio pero no tenías nadie con quien ir y al final no fuiste por el que dirán si te ven sola?
A mi, ¡si! y la sensación con la que me quedo es una mezcla de cobardía, de inseguridad, de malestar conmigo misma, a veces incluso de rabia y además, a posteriori, es decir cuando ya no hay posibilidad de cambiar lo que no he hecho, comienza la culpa: “tenías que haberlo dicho o haber ido”.
En este vídeo voy a compartir contigo como liberarse del efecto tan desastroso que puede llegar a tener esta pregunta: “¿qué van a pensar?”
¡¡Porque todo empieza con ella!!
Esta pregunta, o más bien la respuesta que imaginamos: “van a pensar que es un tontería, que quién me he creído”, es la causante de que dejemos de hacer o de decir un montón de cosas, de que restrinjamos nuestra espontaneidad y, en definitiva, la causante de que no sea YO, o la expresión más auténtica de mi misma.
Y este es un precio grande, que además alimenta una baja autoestima y nuestra inseguridad.
Y como estoy casi segura de que no quieres alimentar ninguna de estas dos cosas, vamos a ver cómo podemos liberarnos fuerza limitadora de esta pregunta.
Una forma: PASAR DE ELLO
Pasar de lo que las personas piensan no siempre resulta posible, así que, si lo has intentado antes y ves que esta forma no es para ti, prueba con estas 4 recetas que te propongo:
Primera Receta: COMPROBAR/VERIFICAR (3 preguntas)
Pregunta 1: ¿Estoy segura al 100% de que van a pensar lo que creo?
Esta pregunta sólo puede responderse “SI, ¡lo sé al 100%!”, si le preguntas a la otra persona y esta te lo certifica.
Si esto no ha ocurrido, no lo sabes seguro. Crees que lo sabes, puede incluso que aciertes, ¡¡pero no es seguro!!!
Pregunta 2: ¿Qué otras posibilidades hay?
Lo que nos asusta y limita no es que vayan a pensar que somos simpáticas, inteligentes, generosas, activas, creativas, sino que piensen que soy tonta, altiva, antipática,…
En varias ocasiones he decidido no hacer una pregunta por pensar que era un tontería para luego ver que otra persona la preguntaba y muchas personas ¡¡le daban las gracias por la pregunta!!
Párate a ver qué otras posibilidades hay. De esta manera la negativa pierde un poco de fuerza.
Pregunta 3: ¿Es posible que estén pensando en ellos, o en otra cosa, en vez de en mí?
Esto no le va gustar mucho a nuestro ego que quiere protagonismo y lo demanda, pero es más probable que las otras personas estén pensando en ellas mismas o en alguna otra cosa que en mi.
Recuerdo hace un tiempo, mientras un amigo me filmaba bailando en un parque y yo le decía que me daba vergüenza, él me dijo: “Mónica, en caso de que piensen en ti, tú no vas a ser más de unos segundos en sus vidas, y luego volverán a sus problemas”.
Con esta receta quitamos mucha de la seriedad y la importancia que le damos a lo que suponemos que va a pesar.
Segunda receta: ¿Qué es más importante?
Recuerda que tú tienes el poder de elegir lo que es importante para ti, nadie más. A menos que tu se lo des.
Por ejemplo, en la situación de hacer una pregunta o no hacerla:
¿Qué es más importante, mi aprendizaje o que piensen que soy tonta, o que ya me lo debería de saber?
En el caso de ir a una fiesta sola:
¿Qué es más importante, conocer gente y divertirme o que piensen que no tengo amigos?
Esta receta TE DEVUELVE EL PODER y, dependiendo de lo que elijas, eso es lo que obtendrás: aprendizaje, amigo y diversión, ¡o todo lo contrario!
Tercera Receta: Reduce o elimina por completo el criticar o hablar mal de personas.
Cuando criticamos de forma más o menos regular es más fácil pensar que los demás también pueden pensar mal de nosotros y por lo tanto que nos pongamos en lo peor.
Para acabar con la tendencia a criticar o ver los defectos, haz un ejercicio consciente de hablar bien de las personas, de buscar algo para apreciar y si no, no decir nada.
Esta receta te ayudará a tener una mejor impresión de las personas y estar más tranquila en su presencia.
Cuarta Receta: ¡Date permiso para ser tú!
Nadie más ha nacido con el derecho de darte permiso. Sólo tú lo tienes.
Esta receta es la más importante ya que te responsabiliza de valorar lo que tú piensas de ti y ¡de darte la libertad para ser tú!
Recuerda que ¡nadie más puede ser tú! Sólo tú has nacido con ese don.
Así que adelante, cocina las recetas y ¡¡libérate del que dirán!!
Y ya sabes, ¡¡déjanos tus comentarios!!
Un abrazo,
Mónica
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