En mitad del túnel
En mitad del túnel…
… y con las luces apagadas.
Imagina que vas conduciendo solo en tu coche, completamente relajado, confiado y disfrutando del paisaje. Convencido de que sabes conducir, conoces la carretera y de que tienes todo lo que necesitas para llegar a tu destino. De repente, te encuentras con un túnel, un túnel que no recuerdas.
Entras en el túnel, confiado y relajado cuando de repente ¡¡PUF!! Se te para el coche. Justo en mitad del túnel. Ese punto en el que se deja de ver la luz de la entrada y todavía no se vislumbra la de salida. Miras arriba y abajo, a un lado y a otro. Y en todas las direcciones encuentras lo mismo: oscuridad.
Esta semana exploramos esos momentos de la vida en los que así, de repente, pasamos de la claridad a la oscuridad!!!
Momentos en los que nos sentimos perdidos y sin saber que hacer.
Momentos en que se nos olvida que al igual que de la claridad se puede pasar a la oscuridad, existe también el sentido contrario, el de la oscuridad a la claridad.
Momentos necesarios para el desarrollo de todo ser humano ya que nos ofrecen la oportunidad de parar y…
… cuestionarnos todo aquello que sabemos, que damos por cierto, por útil. Cuestionarse nos puede desorientar, llevar a pensar que no sabemos, y a la vez es la forma de deshacernos de nuestros automáticos y avanzar hacia comportamientos más alineados con quienes somos.
Y es que cuestionarse no significa ser indeciso, sino estar abierto a ver y decidido a elegir
… mirar hacia dentro y reflexionar.
Cuando nos acomodamos y confiamos en que ya lo sabemos todo puede ocurrir que estemos conduciendo en círculos sin darnos cuenta. Y lo que es peor, que nos perdamos todo aquello que hay fuera de ese círculo que recorremos una y otra vez.
… acceder a recursos que no solemos usar en nuestro día a día.
Así, cuando no vemos nada tenemos que agudizar nuestro oído, gusto, tacto y olfato si es que queremos recoger información del exterior. Y cuando las variables de nuestra situación cambian entonces necesitamos agudizar nuestra creatividad.
Seguro que recuerdas momentos de tu vida en los que te has sorprendido a ti mismo porque no esperabas ser capaz de manejar una situación y sin embargo, cuando ha ocurrido, la has manejado perfectamente. Es gracias a esas situaciones que tenemos la oportunidad de conocer y acceder a muchos de los recursos que desconocíamos.
… afianzar nuestra forma de ser.
Estas paradas son imprescindibles para verse a uno mismo y para elegir, conscientemente, con qué nos quedamos de eso que vemos. Así, continuamos el camino con más fortaleza, confianza y seguridad en uno mismo.
… aprender a aceptar la confusión como parte del camino.
Cuando nos encontramos a oscuras y confusos tendemos a ponernos nerviosos, se despierta el miedo, la ansiedad, y en lo único en que pensamos es en salir de allí lo más rápidamente posible. Estas ganas de querer escapar, lejos de sacarnos del problema o conectarnos con nuestros recursos nos confunden todavía más.
Esta es mi recomendación:
Acepta el momento en el que estás,
Parte de lo que hay, parte de la oscuridad,
Mantén siempre los ojos abiertos,
Y sigue mirando con el fin de ver,
Dale tiempo a tus ojos a que se adapten a la falta de luz,
Confía,
Y al final, verás,
y avanzarás,
y saldrás,
Porque a la oscuridad, si no dejas de mirar, le seguirá la claridad.