fbpx

Bajo mínimos y…

Bajo mínimos y…

Bajo mínimos

Bajo mínimos y… haciendo lo máximo que puedo!!

 

¡Hola a todos! El artículo de hoy es un mini-artículo, y es que esta semana estoy trabajando bajo mini-mos. Es la consecuencia de convivir con un virus en el estomago durante un par de días que me ha dejado la batería en rojo y una alarma que dice conecte su cargador.

No por casualidad, ¿o sí?, este mes en el Laboratorio de la Felicidad estamos tratando el tema de los acuerdos internos que cada uno tenemos, seamos conscientes de ello o no, con nosotros mismos.

El trabajo que estamos haciendo está basado en el libro de “Los Cuatro Acuerdos” de Don Miguel Ruiz, y en él habla de una parte del ser humano, “el juez”, cuya función es la de dictar las normas. Entre esas normas está la barra con la que medimos cada una de las cosas que hacemos. En nuestro trabajo, nuestra vida familiar, tiempo de diversión, etc.

Este juez puede ser un tanto exigente y difícil de contentar. Así, cuando hemos hecho algo y estamos satisfechos de haberlo acabado a tiempo, (vale, justo a tiempo!!), esta satisfacción nos puede llegar a durar muy poquito porque enseguida llega el juez con su barra de medida y nos recuerda que si hubiésemos invertido más tiempo lo habríamos hecho mejor.

Consecuencia: no hay forma de mantenerlo contento, porque en cuanto llegamos a la barra, va y nos la cambia. Y cuando una parte de nosotros no está contenta, el resultado es que nosotros tampoco lo estamos. En este punto comenzamos a criticarnos, castigarnos y despertamos a esa otra parte de nosotros que también le gusta un poco de atención: “la víctima”.

Y así, con diálogos entre el juez y la víctima nos pasamos gran parte de nuestras vidas. Esta forma de invertir nuestra energía nos lleva a emociones de malestar y desconfianza con uno mismo. Ahora bien, podemos invertir nuestra energía en otro tipo de diálogos internos.

Diálogos basados en acuerdos internos que nos lleven a sentirnos bien con nosotros mismos. Con este propósito comparto ahora los 4 acuerdos que nos propone Don Miguel Ruiz:

  1. Ser impecable con mis palabras: Hablar con integridad. Decir solamente lo que quieres decir. Evitar hablar contra ti mismo y chismorrear sobre los demás. Utilizar el poder de las palabras para avanzar en la dirección de la verdad y el amor.
  2. No tomarse nada personalmente: Lo que los demás dicen y hacen son un reflejo de su propia realidad, de su propio “sueño”. Nada de lo que hacen es por ti. Cuando seas inmune a las opiniones de los demás, dejarás de ser la víctima de un sufrimiento innecesario.
  3. No hacer suposiciones: Encuentra la valentía necesaria para preguntar y expresar lo que realmente quieres. Comunícate con los demás tan claramente como puedas a fin de evitar malentendidos, tristeza, y dramas. Sólo con este acuerdo transformaras tu vida por completo.
  4. Haz siempre lo máximo que puedas: Lo máximo que puedas hacer cambiará de un momento a otro; será distinto cuando estés sano que cuando estés enfermo. Bajo cualquier circunstancia, haz sencillamente lo máximo que puedas hacer, y de este modo evitarás juzgarte, maltratarte y lamentarte.

Este último acuerdo ha sido mi punto de referencia especialmente esta semana. Lo he tenido que recordar una y otra vez con el fin de adaptar las tareas que tenía previstas a mi nivel de energía. Y es que es más fácil decirle a otro que descanse y se recupere, que parar para recuperarnos, “con todo lo que hay que hacer, y nadie más que yo lo puede hacer”.

Bueno, pues dos días más tarde de lo normal, con menos energía de lo normal, pero encanta de estar recuperándome y haciendo a la vez lo máximo que puedo, os envío este artículo y mis mejores deseos para que despertemos la benevolencia y la aceptación en cada momento hacia nosotros mismos.

 

¡¡¡Feliz Jueves!!!