fbpx

CONFIA

CONFIA


confiaza

En los últimos meses estoy poniendo mucha atención en qué es lo que me hace estar calmada, tranquila y me permite vivir desde la serenidad.  

Y lo primero que observo es que siento cierta seguridad y que es esta seguridad la que me hace sentir así. Esto me lleva a preguntarme: ¿qué me da esa seguridad? Ciertamente no es mi estabilidad laboral o el saber lo que va a pasar mañana ya que no tengo ninguna de esas dos cosas.

Algo que me reconforta es el hecho de saber que estoy caminando en la dirección que quiero, pero lo que en realidad me da la seguridad en este momento es la CONFIANZA. Y es que me he dado cuenta de que he dejado de querer predecir el futuro y controlarlo para pasar a navegar, o fluir, con aquello con lo que me encuentro, cuando me lo encuentro.

Y es la CONFIANZA lo que me permite navegar con calma y tranquilidad.

Confianza en que tengo los instrumentos de navegación adecuados para no perderme y para atravesar tormentas, confianza en que mi tripulación está preparada y tiene las habilidades suficientes para actuar ante cualquier imprevisto, confianza en que los demás barcos navegarán respetando las leyes de la navegación y me ayudarán en caso de necesitarlo.

Desde la confianza nuestras acciones son creativas y enfocadas hacia construir y avanzar. Por el contrario la DESCONFIANZA nos aísla, nos distancia de la situación o persona hacia la que dirigimos la desconfianza y, lo que es peor, alimenta nuestros miedos haciéndolos cada vez más grandes. Desde la desconfianza todo aquello que hagamos tiene como fin protegernos de algo, por lo que en vez de conseguir lo que deseamos, la seguridad, acabamos alimentando, más si cabe, el miedo y la desconfianza.

Lo mejor de todo es que la confianza no te la tiene que dar nadie, la puedes poner tú siempre que así lo elijas.

Estos son algunos lugares donde te propongo que pongas confianza:

– Confía en que cada momento es perfecto tal y como es.

Resistirnos a lo que es o a lo que está ocurriendo requiere mucha energía y no nos lleva a ningún lado. Aunque no sea como tu lo has deseado, aunque no entiendas el porqué de lo ocurrido o no puedas sacarle ningún aprendizaje, mira a cada momento como si fuera perfecto. Esto te permitirá aceptarlo por lo que es, ver lo que hay, en vez de ver únicamente lo que falta, y dedicar tu energía y atención a avanzar hacia el futuro con los recursos que tienes en el presente. 

– Confía en que eres perfecto tal y como eres y que tienes todo lo que necesitas.

Eso o elijes verte como una persona imperfecta, incompleta y con fallos. No se trata de hacerlo todo bien ni de ser el mejor en todo, se trata de confiar en que quien eres es suficiente y valioso en si mismo. Y de que si te caes, dentro de ti encontrarás los recursos necesarios para levantarte. De esta forma la confianza nos ayuda a proponernos y avanzar hacia nuevos retos. 

– Confía en que estás donde tienes que estar.

Normalmente pensamos que el momento en el que estamos no es el adecuado para comenzar y nos ponemos excusas como: “cuando pase la crisis”, “cuando los hijos sean mayores”, “cuando me renueven el contrato”, con el fin de posponer aquello que nos da miedo. Sin embargo, si confiamos en que en cada momento tenemos todo lo que necesitamos para crear aquello que queremos, nos abriremos a mirar a nuestro alrededor y a considerar nuevas formas. La confianza nos abre otras perspectivas, nos deja ver recursos que antes no veíamos y activa nuestra creatividad.

– Confía en que los demás lo hacen lo mejor que saben.

En ocasiones nos frustramos ante comportamientos o acciones de ciertas personas que no logramos entender y consideramos inadecuadas. Confía en que lo hacen lo mejor que pueden o saben y no te lo tomes personalmente. Cuando sea posible, hazles saber cómo te afectan sus comportamientos y qué tienen que hacer para que no te afecten así.


De esta manera traerás confianza hacia ti mismo, hacia la sociedad, hacia la situación actual y hacia la vida, y te será más fácil navegar desde la calma, la tranquilidad y la serenidad.