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El arte de fluir con la vida

El arte de fluir con la vida

 

 

Este momento da paso al siguiente, y el siguiente al siguiente y así sucesiva y continuamente. El final de un momento, no es más que el comienzo de otro y cuando nos aferramos a un momento en particular pretendiendo que este no acabe, o cuando nos resistimos a vivir un momento concreto deseando que este pase, entonces, dejamos de fluir con la vida.

En este artículo consideraremos que la vida es una sucesión continua de momentos, buenos, regulares o malos, dependerá de tu juicio o actitud, y que el arte de fluir con ellos nos es más que el arte de vivir.

Casi seguro que todos conocéis a alguien en vuestras vidas que “no se altera por nada” y que da la sensación de que todo le va bien en la vida. Si es así, lo más seguro es que estéis en presencia de una persona que sepa fluir con la vida.

¿Cómo podemos saber si estamos fluyendo con la vida, o si por  el contrario vamos en contra de ella?

La propia palabra fluir nos da la clave para contestar a esta pregunta. Cuando un líquido fluye significa que está en movimiento, de modo que si sentimos que hay movimiento en el momento, estaremos fluyendo con él.

De esta forma, cuando nos ocurre algo inesperado, y no deseado, ej. perdemos algo, nos dan malas noticias,…, podemos resistirnos a lo que está ocurriendo, quejándonos de lo que ha ocurrido, haciéndonos las víctimas o buscando culpables, o podemos fluir con lo ocurrido, aceptando primero nuestros sentimientos de ira, impotencia, nerviosismo, etc…, y a continuación decidiendo el siguiente paso a tomar teniendo en cuenta las nuevas circunstancias.

Por ejemplo, si se nos rompe el coche en mitad de una autovía a 300km de nuestra casa, el siguiente momento traerá posiblemente frustración, preocupación, o quizás indiferencia… independientemente del tipo de emoción, tenemos que aceptarla para que pueda fluir y lo mismo que ha venido se irá. Una vez que la emoción haya pasado será el momento de sacar de la guantera los datos del seguro para empezar a fluir con el siguiente momento, que es el de la acción.

Las emociones no dejan de ser respuestas químicas de nuestro cuerpo ante un estímulo, por lo que si dejamos que nuestro cuerpo siga el proceso en el que está, la emoción desaparecerá, una vez que desaparezca el estímulo, claro está.

Fluir no significa pasarlo bien o disfrutar, sino navegar sin resistencia, adaptando el curso y la actitud a las condiciones externas que no controlamos. Esta falta de resistencia es la que hace que el camino sea más agradable.

No estamos fluyendo cuando: tenemos sentimientos de frustración, enfado, envidia, celos, o tenemos la sensación de que todo es difícil, o que requiere mucho esfuerzo. Si le tienes que poner mucho esfuerzo, es posible que estés yendo contracorriente.

Estamos fluyendo cuando: tenemos la sensación de que la situación es fácil, nos sentimos serenos, tranquilos, entusiasmados, alegres, confiados, aceptamos lo que sucede y nos responsabilizamos de cambiarlo cuando no es lo que queremos.

 

¿Cuáles son las cualidades, o habilidades, que nos ayudan a fluir de manera natural con la vida?

  • Flexibilidad emocional. Algo que podemos aprender de los niños, quienes pasan de la peor rabieta a la carcajada más grande en décimas de segundo. Aprender a reconocer, aceptar y sentir nuestras emociones es clave para que estás fluyan con naturalidad, en vez de resistirlas y hacer que se queden con nosotros más tiempo del necesario.
  • Presencia. Vivir el momento presente por lo que es, un momento más, evitando los juicios y centrándonos en crear movimiento en la dirección que deseamos.
  • Aceptación. O lo que es lo mismo, ausencia de resistencia a lo que hay en el momento. Si lo esquivas, si lo evitas, si te sientes mal, a disgusto o nervioso, entonces no estás aceptando la situación o el momento. Aceptarlo es el primer paso para poder hacer algo!
  • Ocuparse, No preocuparse! Si estás a disgusto en una situación responsabilízate de tu emoción y de hacer lo que sea necesario para cambiarla, si es lo que deseas.
  • Actitud de apoyo. Encuentra una actitud, o forma de ver la situación presente, que te ayude a sacarle el máximo provecho. Si te cuesta encontrarla, siempre puedes mirarlo desde el prima del aprendizaje. Cada momento nos puede servir para aprender algo!

 

Conclusión:

El arte de fluir con la vida es la habilidad de dejar atrás lo que pertenece al pasado y abrirnos a lo nuevo, o diferente, que se presenta en el presente, viviéndolo sin juicios, con aceptación y responsabilidad.

Deja tus comentarios sobre este tema en el blog para que podamos seguir profundizando y aprendiendo juntos. Gracias!!