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¿Eres de los que DAN y NO PIDEN o de los que PIDEN y NO DAN?

¿Eres de los que DAN y NO PIDEN o de los que PIDEN y NO DAN?

 

La semana pasada asistí a un curso de Coaching Sistémico con Ángel de Lope (www.cssi.es) donde se ponía de manifiesto la importancia del EQULIBRIO a la hora de dar y recibir cuando queremos crear relaciones sanas entre iguales.

Las relaciones se crean como consecuencia de un intercambio, ya sea emocional, intelectual, físico, monetario,… Es este intercambio el que crea un vínculo, un lazo de unión entre nosotros y la persona o entidad con la que realicemos el intercambio, y a la vez, define el tipo de relación que se genera como consecuencia.

De esta manera cuando el intercambio está equilibrado la relación será una relación de igual a igual donde prevalece el bienestar de ambos miembros y la relación crece y se fortalece como consecuencia del intercambio.

Sin embargo cuando el intercambio no está equilibrado la relación que se crea es un relación entre desiguales, uno es el grande y otro el pequeño, generando como consecuencia malestar en los miembros que la componen, tensión e incluso la ruptura.

Debemos entender que el intercambio es cualitativo y no cuantitativo. Por ejemplo, si me he quedado sin batería en el coche y tu vienes con las pinzas para ayudarme a arrancarlo, no hace falta que al día siguiente vaya yo y haga lo mismo. Quizás sirva con tomaros un café o una cerveza juntos.

Lo que hace que nos sintamos equilibrados en el intercambio depende de cada persona y es algo que se siente. Así, si yo creo que he dado más y que no he recibido lo suficiente a cambio muy probablemente me sienta decepcionada, triste, o enfadada.

 

Hay dos reglas básicas a tener en cuenta a la hora de crear un INTERCAMBIO EQUILIBRADO:

 

Regla 1.- Sólo doy cuando me piden.

Esta es probablemente una de las reglas que más vulneramos. Simplemente porque dando obtenemos un beneficio.

Nos gusta dar porque:

-> Nos complace compartirlo.

-> Buscamos cariño, aceptación o reconocimiento.

-> O tenemos miedo a que se rompa la relación y dando mantenemos el vínculo.

El peligro de hacer esto es que cuando sólo damos y no pedimos, nos colocamos en una posición de superior. “Yo tengo y tu no”, “yo sé y tú no sabes”, “yo soy el fuerte y tu el débil”, creando desigualdad  y desequilibrio en la relación.

Y así pasamos gran parte de nuestra vida ayudando y dando consejos, apoyo o cosas materiales a nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo que no nos lo han pedido y que muy probablemente no lo necesitan. Si bien es cierto que lo hacemos con la mejor de nuestras intenciones, ya que la mayoría de las veces estamos seguros de que sabemos exactamente lo que necesita la otra persona y se lo queremos dar, al decidir por ellos estamos inhabilitando la capacidad que tiene esa persona para superar o gestionar la situación en la que está.

Lo que si podemos hacer es ofrecer nuestra ayuda, apoyo y/o consejos y darlos únicamente cuando la otra persona acepte nuestro ofrecimiento.

 

Regla 2.- Pido lo que necesito.

Esta otra regla también nos cuesta un poco seguirla.

Las razones por las que nos cuesta pedir:

-> Pensamientos como: “si lo tengo que pedir no tiene gracia”, o “es que debería saber lo que quiero, o lo que necesito”.

-> Tenemos miedo a que nos digan que no.

-> O creemos que pedir es de débiles, de necesitados y que la debilidad y la necesidad es mala.

A veces creemos que es obligación de los demás saber qué es lo que nos gusta, qué es lo que necesitamos en cada momento y lo que nos hace felices. Y todo ello sin haberlo compartido nunca en voz alta. Por lo que la única forma que le queda al otro de saberlo es leyendo nuestra mente. ¡Habilidad con la que muy pocas personas cuentan!

Por ello, es crucial que eduquemos a los demás y les demos información sobre nosotros, nuestras preferencias, gustos, necesidades, y que pidamos aquello que necesitemos, cuando lo necesitemos, para que el intercambio sea equilibrado.

Es útil recordar que si sólo pedimos y nunca damos nos colocamos en una posición de inferior provocando el desequilibrio, y que el hecho de pedir no quiere decir que nos vayan a dar aquello que pedimos. Pero por lo menos comenzamos lo que puede ser una negociación. De ahí que antes de pedir deberíamos saber qué es lo que estamos dispuestos a dar con el objetivo de encontrar el equilibrio para ambos.

 

La base de estas dos reglas es:

UNA COMUNICACIÓN CLARA, TRANSPARENTE, VALIENTE, SINCERA Y ASERTIVA.

Y ahora, a por el equilibrio!!!!

 

Si te ha servido este artículo, por favor escribe un comentario en el blog o mándame un email con tu experiencia a la hora de crear intercambios equilibrados.