Cómo fluir con lo inesperado

En el vídeo de hoy plantearé las 3 claves para fluir con aquello que no has planeado, con aquello que no es como quieres, y así poder terminar el día satisfecha aun cuando las cosas no han ido exactamente como tú querías.

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CONTENIDO
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Fluir con lo que te gusta, con lo que es como quieres o has planeado, es sencillo.

Fluir con aquello que no has planeado… eso ya es otra cuestión.

Y es que cuando las cosas no salen como nosotros las hemos pensado, planeado o deseado corremos el peligro de activar la resistencia ante las nuevas circunstancias e incluso de oponernos a ellas.

Resistirse, oponerse o preocuparse con lo que ocurre en el presente es lo opuesto a fluir. 

Signos de que te estás resistiendo, oponiendo o pre-ocupándote son, por ejemplo:

• dejas de disfrutar del día o de la situación,
• buscas culpables,
• te quejas de que las cosas no te salen como quieres,
• te preguntas “¿por qué a mi?”.

Ser conscientes de que hemos entrado en “modo resistencia” es el primer paso para desactivarla y pasar al “modo fluir”.

3 formas de activar y mantenerse en “modo fluir”:

1) Ser consciente de lo que hay en vez de preocuparte con lo que hay  

Se consciente de lo que está ocurriendo es abrirse a ver y aceptar lo que ocurre, como ocurre. Sin juicios ni comparaciones. Y nos predispone a actuar teniendo en cuenta las nuevas circunstancias que no habíamos planeado.
Cuando nos preocupamos, sin embargo, vemos lo que ocurre desde el juicio, el miedo, la duda y nos quedamos ahí… sin actuar, resistiéndonos a lo que hay, en vez de avanzando con lo que hay.

El mejor antídoto ante la preocupación es: ocuparse!!

2) Ser intencionada en vez de calculadora

El cálculo nos lleva a la rigidez, a seguir lo planeado paso a paso, sin salirnos del guión predeterminado que entendemos que es el correcto. De ahí que cuando ocurre algo fuera del plan nos resistamos a ello con todas nuestras fuerzas.
Para fluir vamos a necesitar tener una intención o dirección clara hacia donde queremos dirigidos y los remos de la barca para dirigirnos en esa dirección.
Fluir no significa soltar e ir a la deriva, sino activar la adaptabilidad y flexibilidad para poder continuar. No pasa nada si nos desviamos con un contratiempo siempre que tengamos la dirección clara y la voluntad activa para perseverar y re-dirigir el rumbo en el sentido que queremos ir.

Pon el foco en lo “importante” de lo que haces, en vez de en la “forma” de lo que haces.

3) Enfocarse en hacer en vez de en conseguir

O dicho de otra manera: pon el foco en el camino en vez de en el final.
Cuando nos enfocamos en lo que estamos haciendo ponemos lo mejor de nosotros mismos en ello y es más fácil fluir con lo que va ocurriendo, ya que el simple hecho de hacerlo tiene sentido.

Cuando el foco está en conseguir algo, se puede despertar la inseguridad y la duda, ¿lo conseguiré?, ¿lo estaré haciendo bien?. Se activa la preocupación, el miedo. Ingredientes con los que resulta mucho más difícil fluir.

En el vídeo encontrarás una anécdota real en la que estos 3 puntos me vinieron de maravilla!!

Comparte conmigo los momentos en los que has notado tu resistencia a lo que estaba ocurriendo, o cómo has fluido con las cosas cuando éstas no han salido como tú esperabas!!

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