La clave está en caerse
Hace algunos años, recién entrada en los treinta, un amigo y yo decidimos un invierno aprender a esquiar.
Bueno, el prefirió probar con el snowboarding, y yo elegí los esquís. Los dos tomamos una primera clase para aprender lo básico, que en mi caso significaba aprender a frenar!!!, ya que mi mayor miedo era coger velocidad, no controlar los esquís y CAERME.
Y con la intención de no caerme comencé a aprender a esquiar.
Los dos primeros días estaba orgullosísima de mi misma porque no me había caído ni una vez. Así es, NI UNA SOLA VEZ!!! Mientras que mi amigo ambos días tuvo que abandonar a media tarde porque su trasero no le permitía ni una sola caída más.
Tres temporadas de esquí después puedo decir, esta vez sin mucho orgullo, que me había caído 2 veces en total y que seguía esquiando sólo en las pistas verdes y azules (las de menor dificultad).
Mi amigo sin embargo bajaba las pistas negras (las de más dificultad) como si nada, disfrutando a tope de la montaña, la nieve y de la satisfacción de poder bajar por cualquier parte de la montaña que él quisiera.
¿Qué fallos cometí que me impidieron en tres años esquiar cualquier montaña?:
1) Me enfoqué en mi miedo.
Mi miedo a hacerme daño y a parecer una torpe hizo que me pusiera como objetivo evitar la caída, y esto me llevaba a frenar en cuanto cogía un poco de velocidad y a parar en seco si lo veía un poco complicado.
2) No pedí ayuda.
Sobreestimé lo que yo podía aprender por mi misma y pensé que con una clase, y mirando a aquellos que lo hacían bien, aprendería lo suficiente. Bueno, lo suficiente para no caerme sí que lo aprendí pero hasta que no volví a tomar clases no avancé mucho más.
3) No arriesgaba.
El riesgo para mí significaba caerme y ante la mínima duda me paraba o elegía la ladera más fácil. Así que hice que la precaución fuese mi maestra.
Estos son algunos de los aprendizajes que he sacado de esta experiencia:
– El miedo y la precaución excesiva te mantienen en pie pero estancado en la zona conocida.
Para salir de esta zona y seguir avanzando y aprendiendo no queda otra que correr el riesgo de caerse
– Caerse sólo significa que te tienes que levantar.
Quizás estés un poco dolorido, pero ese dolor enseguida pasa y el aprendizaje y la satisfacción con uno mismo queda.
– Si quieres ir a por algo, mira hacia el frente, hacia donde quieres ir y da lo mejor de ti en el camino.
Aunque eso a veces signifique coger velocidad y sentir el vértigo.
– Caerse únicamente quiere decir que has traspasado tu límite.
Y que ahora tu zona de seguridad es más grande.
– Para avanzar hay que aprender la técnica para deslizarse, girar, saltar, además de la de parar.
– Se avanza mucho más rápido con ayuda de alguien que ya se ha caído y ha aprendido de sus caídas.
– Es bueno hacerse con un casco de seguridad.
En mi caso, hoy en día, este casco es la confianza de que sabré levantarme, de que mi éxito no depende de si me caigo o no y de mi creatividad y facilidad para aprender y adaptarme a situaciones nuevas.
– Si vas a saltar, coge el máximo impulso posible y no dudes.
Salta con todas tus fuerzas pensando que conseguirás llegar al otro lado!!