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¿Por qué el optimismo no funciona?

¿Por qué el optimismo no funciona?


Pues porque no nos lo creemos, así de sencillo!! Preferimos creer que algo malo ha pasado cuando nuestra pareja no llega a casa a la hora de siempre, a pensar que simplemente se ha retrasado porque había un atasco enorme. Y es que seamos honestos, cuando hay algo de drama en nuestras vidas nos sentimos vivos, activos y nuestra vida cobra sentido. De repente tienes que ocuparte de algo importante.

En la literatura escrita sobre la felicidad y cómo alcanzarla encontramos que uno de los factores más importantes es el optimismo.

La gran mayoría de la gente que conozco quiere ser feliz y saben que el ser optimistas les ayudaría, entonces ¿por qué no practican el optimismo?.

A continuación detallamos algunas razones:

Razones personales:

  • El drama nos activa y nos hace sentir vivos. Así cuando estamos preocupados por alguien nuestra vida tiene sentido.
  • Dentro de cada uno de nosotros hay una víctima que recibe atención cada vez que se queja o habla de sus problemas y de lo que se le viene encima.
  • Además, nos es más fácil agarrarnos a la creencia de que “tengo mala suerte y por eso las cosas no me van bien”. De esta forma nos liberamos de la responsabilidad de lo que ocurre en nuestras vidas culpando a la suerte.
  • Preferimos pensar mal y así evitar llevarnos una desilusión.

Razones Sociales

  • Frases como “piensa mal y acertarás” o “no te fíes de nadie” nos llevan a pensar que lo normal es que las cosas salgan mal, a ser pesimistas.
  • Creemos que pensar que algo va a salir bien es de inocentes y la inocencia está reservada a la infancia. Lo que nos lleva a creer que no se puede ser inocente y maduro a la vez.
  • Creencias como que ser realista equivale a “ponerse en lo peor”, porque así puedes prevenir o prepararte para ello.

 

¿Qué consecuencias tienen estas creencias o actitudes?

Cuando elegimos creer en lo peor, creamos en el presente la angustia y tristeza que nos provocaría aquello que pensamos que va a ocurrir, y así vivimos temerosos, preocupados, siempre alerta, preparándonos para lo peor. Nos deprimimos porque creemos que la vida es injusta y dura, y nuestras relaciones son superficiales ya que no queremos sufrir.

En definitiva, nuestra vida se vuelve gris.

 

¿Qué podemos hacer?

  • Ser conscientes y cambiar las creencias, personales y culturales, que nos impiden pensar que lo bueno es tan probable, o más, que lo malo, que es de irresponsables confiar en la gente y que para no sufrir es mejor estar preparado.

Y es que, ¿cuantas veces has pasado un mal rato pensando que algo malo había pasado y luego ha resultado que no era nada? La realidad nos prueba que el ser optimista es MAS REALISTA

  • Recuerda que siempre existen más de dos posibilidades. Si decides entrar en el juego de predecir recuerda que “el mejor de los casos” y “el peor de los casos” son sólo dos de las opciones. Ya que te pones, deja que tu mente use toda su creatividad.
  • Procura no caer en la trampa de si es posible o no, esto solo activará al “super realista” que únicamente ve el peor de los casos. Enfoca tu pensamiento en aquello que desees que ocurra y en lo que está bajo tu control para hacerlo realidad.
  • Practica el desapegarte del resultado aceptando lo que ha ocurrido sin juicios, y si es necesario, encontrando el aprendizaje que existe en cualquier situación.
  • Practica la confianza en ti mismo, en saber que pase lo que pase encontrarás la forma de salir de ello. Si confías en ti mismo no dependerás de lo que hacen otros.
  • Practica la confianza en los demás. Cuando confías en alguien de forma abierta, lo habitual es que esa persona respete tu confianza y este a la altura de ella. Y lo extraño es que abusen de esa confianza. Tu decides si por unos pocos decides desconfiar de todos.
  • Vive en el presente. Sufrir por algo que todavía no ha ocurrido es un sufrimiento gratuito que podemos evitar.

 

Conclusión:

  • El optimismo que funciona es aquel en el que uno ELIGE creer que todo va a salir bien, y que además, si no sale bien, no pasa nada.

  • El optimismo no es una herramienta para manipular el futuro sino para vivir el presente de una forma más auténtica, rica y profunda.

Y tú, ¿qué eliges?