¿QUÉ SIRVO HOY EN MI BUFFET?
La semana pasada tuvimos la gran oportunidad de aprender sobre quien somos, y de traer claridad a ciertos procesos automáticos muy nuestros con el buffet de Fidel Delgado.
En ese buffet había de todo y para todos… incluso para los que venían sin hambre! Y entre la excelente presentación, y yo que soy muy “probona”, acabé cogiendo un poco de todo.
Hoy me gustaría compartir algunos de los recuerdos que me trajeron los procesos de digestión derivados de ese maravilloso buffet. Y que a la vez, estos recuerdos sean lo que ofrezco hoy en mi buffet.
Digestión n°1. Todos ofrecemos a diario un buffet.
Ahora bien, ¿somos conscientes de lo que ofrecemos en nuestro buffet? ¿están los productos frescos, o les está saliendo moho? ¿es variado y equilibrado, o sólo me especializo en carnes?
Todo esto no tendría ninguna importancia si de nuestro buffet no comiera nadie, pero la realidad es que hay gente, que consciente o inconscientemente, comerá de él.
Así que si queremos ofrecer lo mejor que tenemos, tendremos que poner un mínimo de atención antes de abrir nuestras puertas al público y elegir intencionadamente qué es lo queremos servir.
A veces ofrecemos platos con la intención de obtener algo a cambio.
Por ejemplo, ponemos bien de azúcar para endulzar los postres que sabemos que gustan mucho, y así recibir algo de dulzura o cariño a cambio. O nos esmeramos enormemente y hacemos un plato muy laborioso con el fin de obtener un poco de reconocimiento.
Sin embargo, de lo que se trata es de ofrecer aquello que tenemos de una forma auténtica y hacer lo mejor que podamos, que por supuesto dependerá del día.
Aquí va una propuesta: responsabilicémonos de lo que ofrecemos en nuestro buffet y de lo que comemos de los buffets de los otros, respetando siempre nuestro apetito y el de los otros.
Digestión n°2. Todos tenemos la capacidad de TRANSformar quien somos
Y lo mejor de todo es que sólo se necesita querer, y llevar un poco de luz a los lugares donde no solemos mirar o donde no hemos mirado nunca.
Seguro que os suena eso de “la respuesta está en tu interior”, pero claro, después de llevar toda una vida buscando las respuestas en libros, profesores, consultores, y/o maestros espirituales, aunque nos creamos esta afirmación, nos puede resultar difícil, o cuanto menos extraño, acceder a esa sabiduría interior que todos tenemos.
La buena noticia es que, con práctica y voluntad, es muy simple acceder a nuestra sabiduría interior y así traer consciencia a quien realmente somos. Es esta consciencia la que nos permitirá a su vez la TRANSformación, que por cierto nunca sabemos cuándo va a ocurrir. Así que lo mejor es estar con la consciencia en ON, para que ocurra cuando tenga que ocurrir.
Aquí va una propuesta: elijamos un lugar y momento para estar a solas y en silencio. Imaginemos que vamos a hacer un viaje a nuestro interior y para ello contamos con una linterna. La luz de la linterna nos ayudará a iluminar distintas partes y recovecos de nuestro interior donde se encuentran las respuestas a preguntas como: ¿quién soy yo? ¿qué es importante para mí? ¿cuáles son mis contribuciones más valiosas a lo demás?, …
Algunas respuestas están un poco más escondidas que otras, pero lo que sí es seguro, es que están. Así que, si en el primer viaje de exploración no aparecen, haz todos los viajes que necesites.
Digestión n°3. Todos tenemos la capacidad de TRANSformar nuestro entorno
De hecho, nuestro entorno es como es porque nosotros estamos en él y por nuestra contribución a éste. Y es que, todo lo que hacemos, y todo lo que dejamos de hacer, tiene un impacto en nuestro entorno y en las personas que viven en él.
Por ejemplo, nuestras emociones van más allá de nuestra piel y afectan a las personas que hay a nuestro alrededor, influyen en nuestros actos, e incluso en cómo nos vemos a nosotros mismos y al mundo en el que vivimos. Nuestras palabras también viajan más kilómetros de los que nos pensamos y afectan a más personas de las que nos creemos.
Responsabilizarnos del impacto que creamos a nuestro alrededor es el primer paso para TRANSformar nuestro entorno. El segundo, es traer consciencia a qué queremos crear y cómo queremos contribuir a ese entorno.
En realidad no importa tanto lo que hacemos, sino desde dónde lo hacemos. Es decir, ¿estamos actuando desde el amor con el objetivo de dar lo mejor que tenemos o sabemos y de crear un día más agradable para nosotros mismos y para las personas que tenemos a nuestro alrededor, o simplemente estamos pasando el día hasta que llegue la hora de tumbarnos en el sofá y olvidarnos de todo hasta el día siguiente?
Aquí va una propuesta: Cada mañana preguntarnos, ¿Cuál quiero que sea mi contribución en el día de hoy? Empezar el día con una INTENCIÓN tiene el poder de guiar nuestras emociones y actuaciones y de hacer de nuestro día lo más parecido a lo que queremos.
Digestión n°4. Todos tenemos la responsabilidad de hacer nuestras propias digestiones, de reflexionarlas y de integrarlas en nuestro día a día.
Espero que os aproveche!!