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REINICIANDO

REINICIANDO

 

Cuando los programas de nuestro ordenador empiezan a funcionar mal o a responder muy lentamente, lo primero que hacemos es cerrar el programa y volverlo a abrir para ver si así los síntomas desaparecen. Si aún así no desaparecen, normalmente procedemos a apagar y volver a encender el ordenador, no sin verbalizar alguna que otra queja sobre los programas y aquellos que los inventaron.

En cualquiera de los dos casos lo que estamos haciendo es REINICIANDO el programa o el sistema, o lo que es lo mismo, estamos volviendo al inicio.

¿Por qué hacemos esto? La razón es bien sencilla.

Si cuando hemos abierto el programa funcionaba bien, podemos suponer que mientras lo usábamos algo ha cambiado, y ese algo es lo que está haciendo que el programa no funcione bien.

Al reiniciar, aquellas variables que han podido cambiar durante nuestro uso vuelven a su estado original y esto normalmente es suficiente para que el programa vuelva a funcionar como esperamos que funcione.

En ocasiones a los humanos nos pasa como a los programas.

Por ejemplo, arrancamos por la mañana y nos levantamos contentos y energéticos, y a medida que va pasando el día empezamos a funcionar de forma más lenta, menos entusiasmada. En algunos casos incluso se empiezan a amontonar emociones de estrés, cabreo, etc, y nos sorprendemos a nosotros mismos del comportamiento que tenemos.

El caso es que para cuando llega el momento de apagar el programa por la noche casi ni lo reconocemos y esperamos que con un poco de suerte al día siguiente, al reiniciarlo, se hayan reconfigurado las variables que lo hacen funcionar de forma armónica.

 

¿Qué podemos hacer para cuidar el buen funcionamiento de nuestros programas?

 

1)   Encargarnos diariamente de su mantenimiento:
a.     Apagar y encender.

Cuidar el descanso y la calidad de éste es fundamental. La función del sueño es reparar el organismo para asegurar su funcionamiento óptimo. Bien sea por la noche, o a medio día, un parón puede devolverte a tu estado inicial donde todo funciona perfectamente.

b.    Dar a guardar.

Revisar de vez en cuando nuestro día a día y mirarlo desde la perspectiva del aprendizaje: ¿Qué he aprendido yo de esto? Quizás aprendamos sobre ciertos estímulos que hacen que nuestro programa funcione mal y este conocimiento nos sirva para evitarlos. Lo que sea que hayamos aprendido, es siempre una buena idea guardarlo para que nos sirva para la siguiente vez.

c.     Vaciar la papelera.

Todo aquello que queramos tirar a la papelera porque no nos servirá para mañana, como por ejemplo, el cabreo con el del coche que no ha dado el intermitente y casi nos damos, lo tiramos a la papelera y antes de ir a dormir, bajamos la basura. El pasado, pasado está. Si no te sirve no te lo lleves contigo.

Como decía Escarlata O’hara: “mañana será otro día”

  

2)   Asegurarnos que respetamos las particularidades de nuestros programas.
a.     Nuestros valores.

Imagina que uno de tus valores es la honestidad y que tu jefe te pide que mientas a un cliente por razones que no entiendes . ¿Cómo crees que reaccionará alguno de tus programas?

Cada vez que intentamos funcionar con otros valores distintos a aquellos para los que está diseñado nuestro programa, éste se resiente en forma de cabreo, frustración, agobio y todo lo bueno que posee, como por ejemplo, creatividad, eficiencia, etc, deja de funcionar.

b.    Nuestros talentos naturales.

Si le pedimos a un programa de texto, cuya función es facilitarnos la escritura y presentación de un texto, que nos calcule la velocidad con la que tiene que salir un cohete a la atmosfera para que éste entre en órbita, muy probablemente el programa acabe fallando, sin obtener el resultado que queremos.

Es muy gratificante contribuir con aquello que se nos da bien. ¡¡Usa los programas de los que estés más orgulloso!!

 

Conclusión:

Todos hemos nacido con el programa perfecto y puede que en su uso diario algunas variables importantes para su funcionamiento se borren, cambien de valor, etc., y esto haga que su funcionamientos no sea el más adecuado.

Para restablecer el buen funcionamiento ¡APAGA y VUELVE A ENCENDER!

 

¡¡¡Feliz Reiniciación!!!