Tres Años
TRES AÑOS
“Empieza haciendo lo que es necesario; luego haz lo que es posible; y de repente, estarás haciendo lo imposible”
San Francisco de Asís
Fue necesario…
… reconocer que donde estaba no era el mejor lugar para mi y abrirme a la posibilidad de andar por otros caminos.
… dejar mi trabajo a tiempo completo para liberar toda la energía que ponía en esa dirección y ponerla en el camino que mi corazón me indicaba y para el que me había estado preparando.
… y dedicar tiempo a reflexionar, buscar claridad y decirme: “si, a por ello!”.
Desde ahí fue posible…
… visualizar un centro donde trabajar con personas, que como yo, tienen inquietud por aprender más sobre si mismos, vivir una vida con sentido y, sobre todo, disfrutar de ella.
… reconocer todos los recursos con los que contaba y la ayuda que tenía a mi alrededor, tanto de personas conocidas como de personas nuevas que han ido apareciendo desde entonces.
… crear una estrategia que incluiría acondicionar un local, crear una web, definir los servicios que prestaría el centro y actividades de marketing para informar sobre ellos.
… y sobre todo, encontrarme con personas interesadas en el trabajo que hacemos en el centro y dispuestas a poner de su parte con el fin de dar pasos y avanzar hacia la vida que desean.
Hoy celebro lo que hace unos años se me hubiera antojado imposible…
… y me quedo con los siguientes aprendizajes antes de volver a lo que es necesario:
- Llenarme de ilusión y despertar la alegría son fuentes que me aportan energía, confianza y paz desde donde compartir y continuar.
Y es que, cuando dejo de lado aquello que me entusiasma e ilusiona, el cansancio se empieza a apoderar de mi y con él vienen los miedos, las dudas, la confusión. Hoy por hoy tengo como prioridad incluir de forma regular en mi vida las actividades que me hacen sonreír sólo de pensar en ellas.
- Todo tiene un sentido y encaja en un puzle mayor, aunque desde la situación en la que estemos no veamos el puzle completo.
Recordar esto me trae mucha tranquilidad y deja descansar a esa parte de mi que tiene que saberlo y arreglarlo todo. El hecho de que no sea posible conocer el puzle completo me ayuda a centrarme en hacer lo mejor que sé en cada momento y a desapegarme del resultado que yo quiera conseguir.
- Poner amor, confianza y humor en lo que hacemos proporciona mucha más plenitud que el resultado “exitoso” derivado de esas acciones.
El resultado es algo concreto que está fuera de nosotros y el efecto positivo que puede tener en nosotros se desvanece poco después de que haya ocurrido. De ahí que muchas veces nos hagamos adictos a los resultados “exitosos”. Sin embargo, podemos hacer que la fuente de “éxito” no sean los resultados sino lo que ponemos en el proceso hacia conseguirlos. Esa fuente está siempre ahí y además es infinita!!
- Mirar para apreciar y dar gracias expande nuestra capacidad de amar y de experimentar la abundancia.
Cada vez que nos paramos a apreciar lo que hemos vivido en el día y las personas con las que lo hemos compartido se nos abre una ventana a ver la riqueza y abundancia de lo que la vida nos ofrece a diario. Agradecer la generosidad de la vida nos abre el corazón a recibirla y llenarnos de ella.
- Y usando palabras de Fidel Delgado “La vida, es de confianza”
Esta creencia me da seguridad, coraje y una tranquilidad tremenda en cada paso que doy.
“Empieza haciendo lo que es necesario; luego haz lo que es posible; y de repente, estarás haciendo lo imposible”
San Francisco de Asís
¡¡Un brindis por hacer lo imposible posible!!