Tres tardes con Fidel Delgado y Un Misterio

Como cada vez que algo me emociona y me mueve por dentro me gustaría compartirlo con todos vosotros a sabiendas de que mi experiencia y las palabras que la cuentan no son lo mismo.

De ahí que esta semana os invite a que llevéis la atención hacia dentro mientras leéis el artículo y abráis hueco al experimentar y al sentir, y luego, ya si cabe, al entender.

La semana pasada Fidel Delgado con su entrañable, cercana y lúcida presencia, nos hacia una propuesta muy especial: ensanchar nuestra consciencia y mirar hacia dentro, hacia uno mismo, con el fin de re-cuperar lo que nos pertenece a cada uno de nacimiento: la lucidez y aplicarla al vivir.

Y nos hacia la propuesta desde el servicio y el más absoluto respeto por cada uno de los SEÑORES y SEÑORAS que allí estábamos.

Desde el servicio: ya que él se encarga de servir la mesa estilo buffet, de asegurarse que haya variedad nutricional, que los productos están en buenas condiciones y presentarlos de una forma atractiva para que los probemos.

Desde el respeto: ya que parte de la base de que cada uno de nosotros somos los responsables de nuestro apetito, de elegir lo que queremos probar, de si queremos repetir o parar si ya hemos tenido suficiente.

Este punto de partida ya comienza a moldear la experiencia de los que estamos allí de una forma muy especial: El foco de nuestra atención se vuelve hacia uno mismo y nos capacita para encender nuestra propia luz y ver, no lo que el que sirve quiere que veamos, sino lo que más nos conviene ver en ese momento, que resulta ser diferente para cada uno de nosotros.

Y así comenzamos a desvelar el misterio: el SEÑOR o SEÑORA soy yo, desde siempre y para siempre, todo el tiempo. Y nada ni nadie me lo puede quitar. Claro que yo puedo hacer, o pretender hacer, como que el SEÑOR es otro. Incluso dar poder a un señor de fuera que me dice cómo soy, pero eso no me hace perder mi SEÑORÍO, simplemente dejo de experimentarlo de forma consciente.

Cada uno de nosotros es SER y HUMANO a la vez, y ¡¡todo el rato!!. Esto es una muy buena noticia ya que nos viene a decir que, aunque yo no sepa nada del misterio ni de lo que soy, no por eso dejo de serlo. Y es que lo que es ES y no necesita explicación o definición para existir. Nunca corre peligro.

Otra muy buena noticia: el ser que soy, que me sujeta, es de total confianza y todas las formas que éste toma tienen su espacio, su función de ser.

El misterio tiene las siguientes peculiaridades:

• Si le pones nombre, si lo reduces a una definición, una imagen, un concepto, eso ya no es el misterio.
• Nos contiene y lo es todo, y a la vez no es más grande que yo, ya que soy yo.
• El misterio es ambas cosas, lo manifiesto y lo in-manifiesto a la vez.
• Cada vez que descansamos, abandonamos la forma, la manifestación concreta y volvemos al ser.
• No necesita de nuestro reconocimiento para ser, y aunque no sepamos de él no corre peligro.
• Las formas o manifestaciones del misterio son ilimitadas, y a la vez, si te identificas con ellas, se vuelven limitantes a la hora de experimentar el ser.
• Lo que ES está en continuo cambio. Cuando fluimos con el cambio experimentamos facilidad, alegría, generosidad, abundancia, amor. Cuando nos resistimos a él encontramos dificultad, frustración y sufrimiento.

Después de escuchar estas noticias y peculiaridades del misterio del que estábamos hablando decidí abandonar la tarea de entender y dar sentido a cada palabra y frase y escuchar de una forma distinta.

Fue así que decidí escuchar desde la confianza de que yo ya sé y de que las palabras que sonaban no estaban dirigidas a ser entendidas sino más bien a hacerme experimentar el ser de una forma consciente, con los ojos abiertos.

El resultado, tres tardes de claridad sin palabras, plenitud, tranquilidad y serenidad, que me permitieron desapegarme de mi forma para estar y descansar en la esencia del ser.

Si estas palabras no te dicen nada BIEN,

si te dicen BIEN,

si te confunden BIEN,

si te aclaran TAMBIÉN

todo son manifestaciones del SER

Si lo sientes BIEN

y si no también.

Estate tranquila, que no podrás dejar de SER.