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Una y otra vez. ¡Nada más!

Una y otra vez. ¡Nada más!

Una y otra vez

 

Una historia

Acabo de leer el artículo de Carolyn Gregoire “18 cosas que las personas altamente creativas no hacen como el resto” en el Huffington Post.

Un trabajo de observación del ser humano en el que se plasman muchos de los hábitos de las personas que “consideramos creativas”. Y lo pongo entre comillas porque sería más cercano a la realidad decir, personas que “acceden a su capacidad creativa”, ya que la capacidad creativa es una capacidad propia del ser humano. Es decir, que todos somos creativos.

Leer el artículo me ha recordado a mi última media hora de trabajo de ayer y los últimos pasos del proceso creativo:

  • El riesgo: el paso que conlleva ELEGIR para así concretar y dar forma.
  • Dar a luz: aquí la acción es la de COMPARTIR para que la creación exista, vea la luz.

Ambos, actos de autenticidad, respeto, aceptación y valentía.

Esta semana me gustaría compartir mi última media hora de trabajo de ayer con el fin de acabar en ese proceso creativo en el que me di a mi misma un espacio para dejar salir y escribir en el papel una historia, la historia que quisiera salir.

Además os invito a que hagáis lo mismo. Que después de leer sobre creatividad, creéis vosotros también.

Aquí va la historia….

Una y otra vez. ¡¡Nada más!!

Una historia para contar

Dicen que es verdad, como cada historia que se cuenta y que se quiere uno creer. Porque si resulta que es verdad, entonces merece la pena vivir. Entonces la vida tiene sentido. Entonces hay algo que todavía no sé.
 
La historia no tiene edad -¿cómo podría una historia que da sentido a la humanidad tener edad?-. Ni transcurre en un lugar específico, aunque cuentan que lo más probable es que ocurriera entre el agua de un mar y la playa a la que iba a descansar. En esa fina e imperceptible línea que cambia continuamente de lugar, al ritmo de la ola que llega y se va.
 
Los personajes no tienen nombre, aunque ellos saben quién son. Se distinguen entre ellos con facilidad porque cada uno es único, especial. No hablan. No miran. Pero se respiran, se tocan, se mezclan, se transforman.
 
Su propósito no es hacerlo bien, ni siquiera saben qué tienen que hacer -¿Será verdad que se puede ser sin hacer… Crear sin pensar, sin mirar atrás para repasar, para corregir, para acabar?-. Según ellos lo importante es estar atentos a la ola que viene y va.
 
Y lo mejor de esta historia es que no tiene final, ya que al llegar, el valiente que lo encuentra vuelve a empezar.
 
Vuelve a mirar si no has entendido, empieza desde el principio y cuando llegues al final, si todavía quisieras entender más, vuelve a hacer el camino desde el principio hasta el final y así, una y otra vez. ¡¡Nada más!!
 
Ahora bien, podría ocurrir que aunque llegaras más allá del final no llegaras a entender. ¡¡¡Alégrate!!! Y emprende el viaje otra vez, porque en algún instante, se te ofrecerá el ser.
 
Una y otra vez. ¡¡Nada más!!
 
Una historia para contar
Dicen que es verdad,…

 

Os recuerdo la propuesta: Escribe UNA HISTORIA

Tiempo de duración: 20minutos para dejar fluir lo que quiere salir, 10minutos para editar lo que ha salido (puntuación, ortografía, etc)

Recuerda: ¡¡no juzgar!!

Confía, escribe, vive, se… y sobre todo ¡¡¡¡diviértete!!!!

Si además quieres dar el paso de compartirlo con todos nosotros, aquí tienes el espacio, y que sepas que yo lo leeré ¡¡y lo disfrutaré!!